
En esta entrevista, hablamos con Agus Mereb, una argentina que se mudó a Valencia, España, junto a su familia. Agus nos comparte sus motivaciones para dar este gran paso, los desafíos y las facilidades que encontró en el proceso de adaptación, y las diferencias culturales que ha experimentado. También nos ofrece una perspectiva sobre el sistema educativo en Valencia en comparación con Argentina y su experiencia dentro de la comunidad expatriada. Además, Agus, quien se dedica a la creación de contenido relacionado con los viajes y las experiencias migratorias, brinda consejos valiosos para aquellas familias que estén considerando una mudanza similar. A pesar de los retos iniciales y la nostalgia por su tierra natal, describe a Valencia como un lugar con una excelente calidad de vida, donde las oportunidades para crecer y adaptarse son muchas.
¿Qué te motivó a dejar Argentina y mudarte a Valencia?
Desde la pandemia, que en Argentina se vivió con excesivas restricciones, empezamos a ver mucho contenido en YouTube de familias que emigraban y nos empezó a dar curiosidad. Luego, en 2022, viajamos en familia a recorrer algunas ciudades de Europa y esa sensación que veníamos teniendo se hizo más fuerte y decidimos planificar una mudanza a España con la idea de tener una aventura familiar y localizarnos en un lugar desde el que pudiéramos viajar más y conocer otros países, que desde Argentina parecía más difícil. Elegimos Valencia principalmente por el clima y la cercanía a la playa y también valoramos que fuese una ciudad grande como para tener mayor oferta laboral y que tuviera aeropuerto.
¿Cuánto tiempo llevas viviendo en Valencia y cómo ha sido tu proceso de adaptación?
Llegamos en agosto de 2023, por lo que hace un año y medio que estamos viviendo en Valencia. El proceso ha sido bastante movilizante y, dentro de la familia, todos hemos pasado por diferentes etapas.
En lo personal, una vez superada la primera etapa con esa sensación de estar de vacaciones, se me hizo muy cuesta arriba. La búsqueda laboral me fue muy difícil, sentía no encajar en el ámbito laboral español y a eso se le sumó que muchas de las expectativas o ilusiones con las que venía no fueron reales. Sentí una gran pérdida de estatus y estilo de vida en cuanto a cómo era mi vida en Argentina.
Durante mucho tiempo tuve como una sensación de desconocerme, de no saber qué quería ahora, en este nuevo contexto. Sin embargo, sí pude disfrutar muchísimo de todos los lugares que íbamos conociendo, del proceso de desarrollo personal en el que tuve que enfocarme para poder adaptarme y socializar. Y el tiempo va pasando y, si bien no se resuelve todo, al menos se van acomodando las ideas y las emociones. Tengo muy claro que en este momento elijo estar acá.
¿Qué diferencias culturales te llamaron más la atención al llegar a España?
Lo primero que me llamó la atención fueron las diferencias en el ritmo de vida, sobre todo en cuanto a las comidas. Aquí, el almuerzo en Valencia es una tradición. Para nosotros el almuerzo es al mediodía y aquí es por la mañana y luego la comida como a las 14. Es algo muy importante y en muchos trabajos se respeta muchísimo el tiempo para comer, incluso te dan media hora para el almuerzo, que para mí sería más bien un desayuno, y casi una hora para la comida. En Argentina preferimos trabajar para irnos antes a casa.
Otra diferencia que me llamó la atención es la forma en que se hacen los planes sociales. En Argentina, estamos acostumbrados a invitar a casa a todo el mundo, los chicos juegan en cada casa, hay muchas reuniones y siempre estamos organizando algo con amigos y familia. Aquí, aunque también se invita a jugar, me parece que la gente es más reservada cuando se trata de invitar a casa. En general, las reuniones suelen ser fuera, como hacer una paella, un asado o ir a algún lugar con un picnic. De alguna manera, hay más actividades recreativas al aire libre, lo que también refleja cómo se relacionan.
También noté que en España el alcohol está mucho más naturalizado en la vida diaria. No quiero decir que en Argentina no se beba, pero aquí se ve mucho más, desde las 9:30 de la mañana en el almuerzo, la gente se toma una cerveza o vino. Claro que a lo de la cerveza sin horario me acostumbré bastante rápido. 🙂
Y por último, una de las mayores diferencias que sentí es en el trato, sobre todo en lo que tiene que ver con la atención médica. Los españoles suelen ser más directos y formales, mientras que los argentinos tenemos una forma de ser más empática, cálida. No digo que uno sea mejor que el otro, solo que son estilos diferentes de trato.
¿Qué fue lo más fácil y lo más difícil de instalarte en Valencia?
Lo más fácil para nosotros fueron los trámites e instalarnos en Valencia. Llegamos ya con un piso alquilado, que lo tramitamos desde Argentina con una persona que se especializa en eso y fue una tranquilidad llegar y estar en nuestra casa desde el primer día, poder empadronarnos y hacer los trámites bastante rápidos.
La residencia de mi marido demoró más de 4 meses y fue muy difícil económicamente porque sin la residencia aprobada no conseguía trabajo.
Para nosotros, lo más difícil ha sido lo laboral. Sentimos que no es tan fácil conseguir trabajos con sueldos y condiciones que nos permitan sostener a nuestra familia, ahorrar, viajar y darnos algunos gustos. No digo que no haya trabajo porque sí que hay muchas opciones sino que me refiero al tipo de trabajo, sueldos y condiciones.
¿Cómo es criar a tus hijos en España en comparación con Argentina?
Esto es algo que valoramos muchísimo de España. En Argentina nos mudábamos cada 4 años aproximadamente por el trabajo de mi marido, pero siempre habíamos vivido en ciudades pequeñas o pueblos con una vida tranquila. Sin embargo, siempre en Argentina hay una sensación de inseguridad, que al llegar a Valencia nos sentimos muy seguros.
Nuestra hija adolescente tiene una independencia que en Argentina no tendría, se mueve sola por la ciudad con sus amigas, tienen acceso a muchas actividades deportivas y culturales que donde vivíamos no existían como campus temáticos, educación pública de calidad.
Aunque los españoles digan que la escuela pública ha decaído mucho, nosotros lo comparamos con Argentina y el nivel es bueno, van jornada completa, las instalaciones son buenas, tienen acceso a excursiones, proyectos y actividades muy enriquecedoras. Como familia, nos sentimos más seguros.
¿Cómo se adaptó tu familia al cambio? ¿Algún consejo para quienes hacen este proceso con niños?
Para nosotros fue muy útil acompañarlos en el cierre de nuestra vida en Argentina dándoles tiempo de poder despedirse de quiénes quisieran, de poder decidir sobre sus pertenencias si querían entregarlas a alguien en especial o guardarlas para más adelante traerlas.
Al llegar a España, las primeras semanas fueron de mucha ilusión descubriendo la ciudad, maravillados con esa sensación de estar en lo que llamamos ‘primer mundo'. También los ayudó muchísimo la actitud desde las escuelas tanto en secundaria como en primaria e infantil, que les hicieron un recorrido antes de comenzar las clases para que conocieran las instalaciones, conocieron a algunos docentes y personal de la escuela para que el primer día tuvieran alguna cara conocida para pedir ayuda y eso los hizo sentirse más cómodos.
También los ayudó mucho elegir nuevos objetos para sus habitaciones, encontrar lugares favoritos en el barrio como el parque por ejemplo, y elegir actividades que quisieran hacer para de a poco poder ir reemplazando las piezas de la vida que tenían en Argentina.
Los primeros meses fueron más difíciles con nuestra hija mayor, que llegó con 11 años. En Argentina estaba terminando la primaria y aquí en España le tocó comenzar primer año de secundaria directamente y para ella fue bastante conflictivo al principio, pero con el transcurso de los meses la experiencia mejoró muchísimo, ya que pudo hacer amigas fácilmente e incorporarse a un grupo que aún conserva y que la ha ayudado emocionalmente muchísimo a crear una nueva sensación de normalidad.
Los más pequeños de 4 y 9, se adaptaron muchísimo más rápido al ámbito escolar. Tenían mucho miedo al ‘valenciano' porque es un idioma que no conocían y que en la escuela pública en Valencia es el principal, pero tuvieron ayuda extra los primeros tres meses y, como se adaptaron muy bien, continuaron con el ritmo de la clase y al día de hoy se sienten muy cómodos. De hecho, es muy gracioso, el mes pasado tuvimos que votar por el idioma base que queríamos para nuestros hijos y ellos mismos nos pidieron valenciano para poder mantener el grupo de compañeros.
Es importante tener paciencia, aceptar como familia que quizá no todo sea tan fácil y que es un proceso. Darles espacios de conversación donde puedan expresarse, llorar si es necesario y siempre validar sus emociones. Según las edades y personalidades pueden pasar por distintas situaciones. Con la más pequeña de 5 años nos pasa muy seguido que de la nada se angustia y siempre dice que extraña a nuestra perrita que falleció en Argentina unos meses antes de emigrar y por lo que nos han dicho psicólogos, a veces les resulta muy abstracta la experiencia que van teniendo y la incertidumbre y falta de entendimiento los hace angustiarse y necesitan ponerle un nombre a esa situación aunque quizá simplemente lloren por todo junto.
Fomentarles el vínculo con sus seres queridos que quedaron en su país también es importante. Nosotros lo hacemos principalmente con videollamadas o incluso les divertía mucho al principio enviar cartas y postales.
¿Cómo es el sistema educativo en Valencia? ¿Notaste diferencias con el de Argentina?
En Argentina nuestros hijos iban a una escuela privada con inglés. No llegaba a ser bilingüe, pero sí tenían bastante carga de inglés. En Valencia hemos optado por la educación pública. Veníamos sin conocer y, la verdad, que por más que tengas una idea de qué escuela querés para tus hijos, ni bien llegás te tenés que conformar con la que consigas vacante, que no es nada fácil. Nosotros llegamos una semana antes del comienzo de clases y, después de unos días de muchísimo estrés, logramos conseguir escuelas cerca de nuestro domicilio para los tres.
En infantil y primaria van jornada completa de 9 a 16:30 y se quedan en el comedor de 13 a 15. Al principio no era necesario, pero nos pareció que al comer ahí tendrían más momentos de vincularse con sus compañeros, ya que la mayoría se queda. Antes de las 9 hay un servicio pago para dejar a los niños desde las 7:30, si es necesario por trabajo, y luego de las 16:30 y durante el horario de comedor hay actividades extraescolares pagas que pueden hacer los niños.
En cuanto al nivel, comparando escuela privada en Argentina con pública en España, debo decir que el nivel de matemáticas es bastante más avanzado. En el resto de las materias no noto una gran diferencia. Si bien es educación bilingüe en Valencia, lo es en el idioma valenciano y no es inglés, que a nosotros nos gustaría más y evitaríamos enviarlos a academia por las tardes. Sin embargo, aprender otro idioma siempre es estimulante y útil para aprender otros más adelante.
A nivel estructural, las escuelas están muy bien, cuentan con los materiales y herramientas necesarias, e incluso hay un sistema de préstamo de libros escolares en el cual les dan todos los que vayan a usar en el año y los deben devolver al finalizar el curso en buen estado para volver a prestarlos y así se ahorra un buen dinero en libros.
También me gusta que en Valencia hay un sistema que se llama ‘Web Familia', a través del cual hay un contacto más fluido entre la escuela y la familia, donde podemos enterarnos de informaciones, comunicarnos con los tutores, entre otras cuestiones. Ya en secundaria, se informa si hay ausencias, si los alumnos no cumplen con ciertas tareas o normativas, pero creo que es una buena herramienta. Seguro que se puede mejorar muchísimo en el sistema educativo, pero respondiendo a la pregunta, si comparo la educación pública en España con la pública de Argentina, si es muy superior.
¿Cómo ha sido tu experiencia con la comunidad de expatriados en la ciudad?
Es muy gracioso porque llegamos con la idea de hacer amigos de todas las nacionalidades, de conocer personas de otras culturas, pero al final la tierra, las costumbres y las raíces tiran y nuestro grupo cercano y la mayoría de vínculos que hacemos suelen ser argentinos. Al principio uno no se da cuenta, pero con el paso del tiempo necesitás vincularte con los tuyos, que te entiendan los chiste, hablar con naturalidad sin estar constantemente traduciendo en tu cabeza términos y frases para que te entiendan. También solemos acercarnos muchos con personas de otros países de latinoamérica como venezolanos y colombianos, que muchas veces en ambientes laborales nos encontramos y nos da la sensación de entendernos mejor.
Lo que solemos sentir es que es más fácil acercarse a personas que están atravesando las mismas etapas que uno, ya que se genera un espacio de contención mutua. Con las personas que llevan mucho tiempo aquí, que llegaron en contextos y situaciones diferentes, y que quizás ya no recuerdan tan bien las emociones del proceso migratorio, es más difícil sentirse acompañado y comprendido. A veces, esas personas te dicen algo como: ‘Con el tiempo todo se resuelve, no te apresures, dale tiempo'. Pero para alguien que dejó absolutamente todo con la esperanza de una vida mejor, escuchar eso puede ser bastante duro.
¿Cómo surgió tu interés por la comunicación y la creación de contenido para personas que cambian de país?
Soy comunicadora de profesión, pero en una época estuve trabajando fuera de este área y necesitaba volver a lo mío, aunque fuese como un hobby. Ahí comenzó ‘Pequeños y Grandes Viajeros' como cuenta de Instagram y blog para compartir experiencias y viajes en familia y motivar a otros a salir a descubrir el mundo con sus hijos.
Cuando llegamos a España, se fue dando un poco solo el proceso. Nos empezaron a preguntar muchísimo por Instagram, entonces empezamos a compartir información de nuestra experiencia, lo trasladamos al blog con artículos más explicativos y ahora estamos haciendo una serie en YouTube con videos sobre la experiencia de migrar y entrevistas para ayudar a quienes necesiten un poco de guía y acompañamiento en el proceso migratorio.
¿Qué temas te gusta abordar en tu contenido y qué impacto esperas generar en tu audiencia?
Nuestro contenido se centra en dos pilares fundamentales. Por un lado, compartimos viajes y experiencias en familia con el objetivo de inspirar a otros a disfrutar momentos juntos, desconectar de la rutina y reconectar con lo que realmente importa. Sabemos que a veces surgen excusas como la falta de tiempo, los horarios o el presupuesto, pero creemos que con ganas e ideas es suficiente.No siempre se trata de grandes viajes; a veces, un simple bocadillo y una escapada a un pueblo cercano pueden convertirse en una gran aventura. Queremos motivar a las familias a explorar, descubrir nuevas historias, sabores, culturas y formas de vivir, y así estimular la curiosidad de los niños… y la nuestra también.
Por otro lado, compartimos información útil para el proceso migratorio, principalmente desde nuestra experiencia: cómo organizar la mudanza, qué tipo de servicios o ayuda solicitar, cómo hacer algunos trámites. Y cuando no nos sentimos idóneos en el tema entrevistamos a personas que sí lo son para que la información sea más clara y adecuada. No es nuestro trabajo asesorar, pero para nosotros fue muy útil cuando emigramos la información que veíamos en algunos canales como YouTube o blogs, pero siempre nos faltaba la parte de la familia o de hacer el proceso con niños, que es bastante diferente.
¿Cuáles crees que son los mayores desafíos para los expatriados hoy en día?
Uno de los mayores desafíos de ser expatriado hoy en día, al menos desde mi experiencia, es volver a sentir esa sensación de “vida normal”. No me refiero solo a adaptarse a un nuevo lugar, sino a reconstruir ese sentido de pertenencia, de sentirse parte de algo, de sentirse entendido.
Siempre escucho que dicen que hay que venir sin expectativas y sin ilusiones. Si bien estoy convencida que las expectativas sentencian un poco a que la experiencia sea una decepción, también creo que para hacer una movida tan grande como irte a vivir a otro continente sin trabajo y con niños, si no tenés la ilusión o expectativa de que va a ser mejor no lo hacés bajo ningún punto de vista.
En mi caso, aunque hablamos castellano, al mudarnos de Argentina a España me encontré con pequeñas cosas que me hacían sentir fuera de lugar. A veces hacía un chiste y no se entendía, o usaba un tono más irónico y generaba confusión. Y al revés, muchas veces me chocaban ciertas formas de hablar más directas, que al principio me sonaban ofensivas, pero con el tiempo entendí que son parte de la idiosincrasia local. Esas diferencias, aunque sutiles, te recuerdan todo el tiempo que venís de otro lugar.
Otro gran desafío es el laboral. Insertarse en el mercado muchas veces implica aceptar que la experiencia que uno trae no tiene el mismo valor en el nuevo contexto. No es que no sirva, pero no siempre se reconoce como uno espera. Y eso puede generar una sensación muy fuerte de pérdida de estatus, como si todo lo que habías construido hasta ese momento se pusiera entre paréntesis. Aprender a gestionar eso, a no tomarlo como un fracaso personal, es parte del proceso migratorio también.
Y después está lo emocional: dejar atrás vínculos, rutinas, lugares que nos eran propios. Hacer nuevas amistades, encontrar espacios donde uno pueda ser uno mismo sin tener que “explicarse” todo el tiempo… lleva tiempo. Pero con el tiempo también aparece lo lindo: la capacidad de adaptarse, de abrirse a lo nuevo, de aprender otras formas de vivir y de enriquecerse con eso. Migrar es un proceso profundo, que transforma. No siempre es fácil, pero sin duda es una experiencia que te hace crecer desde muchos lugares.
¿Cómo ha influido tu propia experiencia migratoria en el contenido que creas?
Sin duda ha influido muchísimo. Por un lado, porque hablamos mucho sobre la experiencia y el proceso migratorio, pero también por la forma en la que vivimos la ciudad y la Comunidad Valenciana. Al venir de un país totalmente diferente, acá nos sorprendemos con cada pueblito, con muchísimas rutas en la naturaleza, y muchas veces son sitios que las personas que son de aquí no siempre le dan valor por tenerlo tan a mano.
A mi me da mucha alegría poder poner un granito de arena en las experiencias de los demás. Saber que alguien pudo hacer su trámite más rápido gracias a mi artículo, o que el contacto que compartí fue beneficioso me hace sentir que lo que hago tiene un propósito.
¿Cómo describirías la calidad de vida en Valencia para una familia expatriada?
La calidad de vida en Valencia para una familia me parece muy buena. Es una ciudad que combina lo mejor de una ciudad mediana: tiene todos los servicios y actividades culturales de una gran ciudad, pero sin el caos o el ritmo frenético de otras capitales más grandes. El clima es muy bueno casi todo el año, y eso influye muchísimo en el ánimo y en la vida cotidiana. Hay muchas zonas verdes, playas cercanas, y espacios públicos bien cuidados que es algo muy valioso, por lo menos para nosotros.
Además, desde mi experiencia, Valencia es bastante amigable con los niños. Hay muchas plazas, parques, actividades familiares, y los colegios suelen tener buenas opciones tanto públicas como privadas o internacionales, dependiendo del perfil de cada familia.
El transporte público funciona bien, los precios no son tan altos comparados con otras ciudades europeas, y la gente en general es abierta y cálida, lo que hace más fácil integrarse.
¿Cómo ha sido tu experiencia con el sistema de salud y otros servicios en España?
Venimos teniendo muy buena experiencia con el sistema de salud, sobre todo en urgencias. Hemos tenido algunas situaciones que implican ir de emergencia al hospital y la atención siempre ha sido muy rápida y buena, nos han hecho todos los estudios necesarios en cada caso y los controles posteriores.
Me resulta muy fácil de gestionar todo y eso me gusta. Tenemos una app del sistema de salud donde puedo solicitar turnos, ver resultados de estudios, las recetas de medicaciones, y comparándolo con la salud pública en Argentina, veo un sistema más organizado. Sí es verdad que para turnos con especialistas hay mucha demora y cuestiones que no son urgentes quizá no le dan la atención que uno quisiera.
También me llama la atención que no hay una visión de medicina preventiva. Por ejemplo, los estudios para detectar cáncer de útero y cáncer de mama son cada tres años y como en Argentina se hace anualmente, incluso en la salud pública, eso me llama un poco la atención.
Pero insisto, comparando con Argentina que allá la gran mayoría tenemos sistema de salud privado porque el público está demasiado saturado y falto de recursos, acá lo veo muy bien y noto que la mayoría se maneja con la salud pública.
¿Cuáles son los costos de vida en Valencia en comparación con Argentina?
En comparación con Argentina, uno de los aspectos que más me sorprende es lo accesible que es la ropa y la comida en Valencia. Aunque hay diferencias, especialmente en los supermercados de marcas más importadas, en general, los precios en estos rubros son más bajos en comparación con lo que pagaría en Buenos Aires, por ejemplo.
Respecto a los alquileres, es cierto que están subiendo en todo el mundo debido a la crisis habitacional global, y esto afecta mucho a las grandes ciudades. Sin embargo, Valencia, dentro de lo que es España, sigue siendo más asequible que otras ciudades españolas como Madrid y Barcelona, aunque el alquiler sigue siendo, sin dudas, uno de los mayores gastos mensuales.
Lo que sí me llama la atención es que, a pesar de la inflación en España, los sueldos no se actualizan con la misma rapidez que en Argentina, donde los salarios, aunque bajos, se ajustan más a menudo, aunque siempre parezca que no alcanzan. En Argentina, la clase media puede permitirse pagar escuelas privadas o subvencionadas y salud privada, algo que acá en Valencia se vuelve más difícil, porque los sueldos no tienen ese ajuste automático y son en su mayoría muy bajos.
Por otro lado, lo que más destaco de vivir en Valencia es lo accesible que es viajar por Europa. El costo de los pasajes es mucho más bajo que en Argentina. Justamente estaba mirando pasajes para Mallorca en agosto, en plena temporada alta, y encontré vuelos para 5 personas por 148€. Con ese dinero, en Argentina apenas comprarías un pasaje para una sola persona, y ni hablar de destinos turísticos. Es una diferencia notable que hace que viajar por Europa sea mucho más fácil y económico.
¿Qué lugares o actividades en Valencia recomendarías a otras familias expatriadas?
Valencia tiene una gran variedad de actividades para las familias expatriadas. Desde recorrer el Parque del Turia, que va desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta el Parque de la Cabecera con el Parque Gulliver, hasta visitar museos y sitios históricos como las Torres de Serrano, subir al Miguelete en la catedral, o disfrutar de la Plaza de la Virgen con la Fuente del Turia. Además, Port Saplaya es un lugar encantador para pasear junto al mar. Muchos de estos lugares son gratuitos los domingos, lo que es una excelente oportunidad para disfrutar sin gastar demasiado.
Si buscan más ideas, en nuestro blog compartimos rutas, planes y escapadas por Valencia y la Comunidad Valenciana. También estamos en Instagram, donde subimos muchas recomendaciones para familias.
¿Qué le dirías a alguien que está considerando mudarse a Valencia con su familia?
Si estás considerando mudarte a Valencia con tu familia, te diría que es una excelente opción. La ciudad tiene un buen equilibrio entre la vida urbana y espacios tranquilos para disfrutar en familia. El clima es muy bueno, generalmente, hay muchas actividades al aire libre y es fácil integrarse. Siempre hay fiestas y actividades que son divertidas y que además suelen ser gratuitos. Además, la ciudad es muy accesible y tiene un montón de zonas verdes para los niños y también para recrearse y hacer deporte.
Es una ciudad bastante segura y tranquila, con mucha oferta cultural, y la proximidad al mar es una ventaja si te gustan las playas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los alquileres han subido mucho, aunque en comparación con otras grandes ciudades españolas, Valencia sigue siendo más asequible. Si el alquiler en el centro te parece elevado, hay zonas cercanas a Valencia, como Bétera, Moncada, Torrent, La Pobla de Farnal, POrto Sagunto, que están bien conectadas por transporte público y tienen precios más bajos, lo que puede ser una buena opción si buscas algo más económico.
¿Qué cosas te hubiera gustado saber antes de mudarte?
Una de las cosas que me hubiera gustado saber antes de mudarme es lo que realmente significa empezar de cero en todos los aspectos de la vida. Al principio no dimensioné lo que implicaba tener que construir una nueva red de contactos, adaptarse a un nuevo sistema de trabajo y aprender todo desde el principio. También hubiera sido útil entender mejor los sueldos y el tipo de trabajos disponibles, así como el costo de vida en Valencia. A veces pienso que si hubiera sabido eso de antemano, quizás no me hubiera venido. Es cierto que, en mi caso, y en el de muchos de mis amigos y personas que me contactan a través de Instagram, venimos con la ilusión de encontrar una vida mejor, buscando estabilidad y mejores oportunidades. Emigrar en familia implica una inversión muy grande, tanto económica como emocional, y la mayoría de los que venimos somos de una clase media que, aunque trabajaba, se veía afectada por la inestabilidad en Argentina y la falta de seguridad. Por otro lado, aunque las dificultades iniciales fueron grandes, pienso que si hubiera sabido todo lo que atravesaríamos, tal vez no nos hubiéramos animado. Sin embargo, la experiencia ha sido increíblemente enriquecedora en muchos aspectos, y hoy en día no pienso en volver, solo en seguir adelante y crecer aquí. Esta experiencia te obliga a encontrar soluciones, a adaptarte, y todo eso te convierte en una versión mejor de vos mismo.
¿Qué es lo que más extrañas de Argentina y cómo lidias con la nostalgia?
Debe ser la respuesta más típica, pero claro que lo que más se extraña es la familia y amigos. Aunque no estábamos acostumbrados a tener ese grupo de amigos de toda la vida ni a tener la familia cerca para que nos ayuden con los niños, siempre es difícil estar lejos de los que querés. Esa parte es sin duda lo que más extraño, aunque con el tiempo uno va aprendiendo a lidiar con ello.
Lo que sí echo de menos, a veces, es esa sensación de tranquilidad que te da la "zona de confort". Cuando vivíamos en Argentina, nos mudábamos bastante, pero siempre había esa sensación de familiaridad en el entorno, esa seguridad que te da el saber cómo funcionan las cosas. Aquí en Valencia, al principio es todo un torbellino de cambios, y hay que adaptarse a un nuevo ritmo, a nuevas formas de hacer las cosas.
En cuanto a la comida y los productos argentinos, la verdad es que no me quejo. En Valencia se consigue una gran variedad de productos argentinos, y sino lo hacemos nosotros mismos. Hay varios restaurantes, panaderías y hasta supermercados que venden nuestros productos.
Lo que me da nostalgia es a lo que me hace sentir en casa: el idioma, esa conexión inmediata con las personas que te rodean, el saber que todos nos entendemos de la misma manera. Es un proceso de acostumbrarse a una nueva vida y aceptar que aquí siempre seremos extranjeros, pero muy bien recibidos. Es como una añoranza por lo que era familiar y cómodo. A veces, cuando escucho algunas canciones argentinas, me emociono. Siento que hay algo, ahora que emigré, que conecta de forma más profunda con esas cosas que antes eran normales para mí. Ir a ver a un cantante argentino o simplemente escuchar una canción me hace sentir esa conexión con lo que dejé atrás, y aunque no quiero volver, esa emoción es algo que sigue presente.
¿Cuáles son tus planes a futuro en Valencia y en tu carrera como creadora de contenidos?
En cuanto a mi futuro en Valencia, lo primero que quiero es seguir estableciendo mis raíces y seguir creciendo, avanzando casilleros como en el juego de la oca. Valencia me ha ofrecido un montón de oportunidades y quiero disfrutar de cada logro y cada pasito adelante que damos.
Respecto a mi carrera como creadora de contenidos, antes lo veía como un hobby, algo que hacía para compartir mis experiencias y reflexiones y despuntar el vicio de escribir y comunicar. Pero desde que emigré, me di cuenta de que hay una forma de vivir de ello, de realmente hacer crecer mi contenido y generar algo más profesional. Aún no sé exactamente hacia dónde me llevará todo esto, pero me entusiasma mucho intentar aprovechar esta oportunidad. Es un desafío, pero siento que si mantengo mi autenticidad y motivación pueden salir lindas oportunidades.